Apoyar los pies, tomarse de la baranda, mirar hacia abajo, calcular, lanzarse de cabeza... hacia lo incierto. Así, podrían ser descritos los movimientos de los temerarios muchachos que, todos los fines de semana, ponen a prueba sus destinos lanzándose de cabeza desde los paredones del azud nivelador en el Balneario Municipal.
Lo increíble de esta situación es que los “clavados” son seguidos por un número importante de ocasionales observadores que, más allá de aprobar las caídas de casi 6 metros, se limitan a mirar pero nunca a aconsejar a estos chicos.
El fin de semana pasado, dos adolescentes sufrieron serias lesiones, luego de arrojarse desde estos puntos de la Costanera. Una llamada de atención, un riesgo constante.
Saltos a la nada
viernes, 18 de enero de 2008en 12:14
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